Derecho a
la ciudad. Este fue el tema de la mesa de diálogo #5 que ocurrió este jueves 29
de agosto en el Museo de la Ciudad, otro de los muchos tópicos que está
exponiendo TÓMA-LA CIUDAD en una invitación a los ciudadanos a tomar y
transformar la ciudad, a darse cuenta del poder que tiene la acción colectiva
que no se deja, a unirse ante un derecho y al mismo tiempo una responsabilidad
que nos corresponde al formar parte de una sociedad.
La mesa se
conformó por Mary Rojas, Guadalupe Morfín, Francisco Macías y Enrique Ortíz.
Todos ellos ciudadanos que, desde sus perspectivas, reclamaron y compartieron
su inconformidad ante las condiciones en las que viven los habitantes del
Fraccionamiento Los Silos en Tlajomulco de Zúñiga.
“Vivimos
en comunidad porque eso nos hace humanos, nos constituimos como personas
gracias a las y los otros. No podemos sobrevivir si desde el nacimiento no hay
quién nos alimente y cobije, la urbe es el reflejo de nuestro caminar conjunto,
es el escenario donde encarna nuestra posibilidad de cumplirnos, de aterrizar
nuestros propósitos en la vida.” Guadalupe Morfín
Fue sobre
todo el testimonio de Mary Rojas, habitante de Los Silos, que nos puso a más de
alguno “los pelos de punta”. Y es que los vecinos compraron una realidad muy
diferente a la que tienen. Un espacio del que aunque todos están inconformes,
hoy le llaman “casa”, forma parte de su identidad y luchan y lucharán para que
haya un cambio.
Se sienten olvidados:
en un lugar que no terminarán de pagar algunos hasta en 20 años, viven
expuestos a mucha delincuencia, fallan servicios como el agua y la luz, muchas
de las casas no se han vendido y están a medio construir, así como les cumplieron
a medias lo que prometieron al venderles su hogar.
Otra de las
situaciones a las que están expuestos y que el hijo de Mary nos compartió en la
mesa de diálogo consiste en una gran inseguridad ambiental. Una parte del
fraccionamiento se encuentra dividida por torres de alta tensión, al pasar por
debajo de los cables que cuelgan de las torres se les ponen los pelos de punta
y se dan toques, esto parece recordarles día a día el riesgo tanto social como
físico al que están expuestos.
Esta se
trata de una situación que pone los pelos de punta no solo por la indignación,
sino por la admiración y el gusto de ver a personas como Mary que no se dejen,
que se organicen los vecinos que están pasando por la misma situación, que nos compartan
una realidad tan cercana y tan injusta y que hoy, poco a poco, estén logrando
mejoras y sigan reclamando el cambio.
Gracias a
la movilización de los ciudadanos, al ITESO y al INFONAVIT se han rescatado
áreas verdes, se ha mejorado la situación del agua, se ha impulsado el deporte
y la cultura. Sin embargo, falta mucho por hacer. Hace falta seguir
construyendo un fraccionamiento que se dejó a medias junto con muchas promesas,
hace falta fortalecer el espacio y forma de vida de los habitantes de Los
Silos, hace falta reconocer en los otros a nuestros iguales, tomar en serio el “ser
ciudadano”, hacer nuestra a la ciudad.