Aunque
el primer capítulo del libro ha sido comentado por algunos de mis compañeros en
este blog, quisiera tomar una idea más sobre este tema. Tras haber leído
este capítulo, se vio en clase un fragmento una serie (si mal no recuerdo )
algo futurista. Los personajes tenían una especie de frijol injertado en
la piel justo debajo del oído que les hacía tener una memoria perfecta,
recordar cada instante que pasaba en su vida y además con un control podían
regresar a distintas situaciones pasadas, a cualquier recuerdo que quisieran,
repetirlo 100 veces si era necesario. Podían además, hacer zoom y parar
en momentos en los que se les antojara. Así con esto se creaba una
sociedad en la que incluso se podían proyectar memorias fuera del cerebro para
que los demás pudieran ver. No olvidaban nada, era mágico ver la forma en
la que repasaban cada error y cada movimiento que hacían, tanto para bien como
para mal.
Me parece que suena como una idea
millonaria, como el invento del siglo. Imaginen el hecho de no poder olvidar
nada de lo que sucede en nuestras vidas, revivir momentos increíbles, ver
personas que ya no están, regresar y
analizar para poder cambiar. Se nos
olvida que toda moneda tiene dos caras , es un poco lo que sucede en esta
proyección dónde un esposo celoso descubre infidelidades tras obsesionarse con
una imagen de pocos segundos y repasarla una y otra vez. No es que se trate de encontrar infidelidades
o no, si no de que nos pongamos a analizar en que tener memoria 100% lúcida nos
puede llevar a más de un problema, especialmente porque todos cometemos errores
que creo no quisiéramos recordar, o situaciones en las que nos hemos encontrado
las cuales no nos gusta tener ahí guardadas en el archivo.
Es aquí cuando entra, en mi opinión, algo
de lo que menciona el autor sobre Facebook. No voy a contarles el capítulo del
libro porque o han leído ya, sino que lo que busco es relacionar este trozo de
video futurista con aparatos especiales de memoria con lo que se vive
actualmente en Facebook. Esta afamada
red social, por más control que podamos nosotros imponer en nuestro perfil y
muro, tiene una línea del tiempo en la que guarda las publicaciones hechas
desde el inicio de una persona en la red social. Puede ser maravilloso regresar 5 años atrás y
ver publicaciones, fotos y comentarios que se hacían en esa época. Puede también
ser un arma de dos filos como lo es el pequeño frijol de la memoria, imaginen
ustedes que cometen cualquier tipo de error y queda ahí plasmado de por vida,
si no es en su muro puede ser en el de un amigo en el que salgas taggeado y no
hay vuelta atrás. Puedes cambiar de ciudad y ser encontrado de nuevo con todos
los trapos viejos que habías dejado atrás, te pueden perseguir de por vida con
el simple hecho de mostrar una fotografía.
Últimamente es sabido que para contratar
a las personas se les pide su Facebook y así ven el perfil y el tipo de persona
que supuestamente es el que pide trabajo.
Sabemos que todos tenemos diferentes perfiles de comportamiento dónde
actuamos como estudiantes en la escuela, empleados en el trabajo, salidores con
los amigos, incluso podemos ser el payaso de la fiesta los fines de semana y
parecer serios el resto. Entonces, ¿Una “línea
del tiempo” virtual va a decirle a los demás cómo somos en realidad? Me parece que lo que nos falta es hacer
análisis, y si queremos vivir con esos
recuerdos hacerlo, pero siempre conscientes de lo que se queda en manos de los
demás.
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