lunes, 30 de septiembre de 2013

Contemplar nuestra realidad con profundidad: El hombre-camión



Este pequeño relato sobre la experiencia de montar en un camión en Guadalajara lo hago después de haber visto el documental "el hombre camión"... Un documental que nos invita, ante todo, a contemplar nuestra realidad con otros ojos...
Me monto en el camión relajado, recién terminado el desayuno, en mi ipod voy escuchando música para comenzar el día en paz, tranquilo,… Tomo el camión a una hora punta, un lunes a las siete de la mañana, cuando la gente va a sus trabajos, a las escuelas,… Al montarme en el camión, ya está lleno de personas y a medida que va avanzando por el recorrido hasta el centro se van subiendo más y más personas… Para subir y poder hacerme un hueco en el interior hay empujones, gente inmóvil en el pasillo que desespera, frenazos bruscos del conductor que amenazan mi estabilidad en el piso,… Además, al poco, desisto de seguir escuchando mi música al no poder escucharla ya que el conductor tiene la radio del camión muy alta….
El camión está sucio, huele mal, los asientos están saturados -no hay ni uno libre-,… Las personas parecen ir en otro mundo, cada una a lo suyo, unas ensimismadas mirando el horizonte, otras pendientes de su celular, otras hablando con el hijo que seguramente llevan a la escuela,… De todas me fijo en varias personas que parecen ir a trabajar: sus manos maltratadas seguramente por un trabajo duro, su rostro está perdido en el horizonte quizás porque están pensando en cosas de su trabajo o en la dureza que a veces entraña la vida o en la familia que se ha quedado en casa o en ese bonito fin de semana que seguramente ha pasado con sus hijos o en los que ya no están,… En esos momentos caigo en la cuenta del misterio que entraña cada vida humana, en la historia personal e intransferible que cada uno llevamos a la espalda… ¿Cuántas veces nos montamos sin contemplar el espacio en el que estamos, sin considerar que en ese espacio hay otros, con su vida, con su pasado, con su historia, con sus anhelos y sufrimientos?
En cada parada es la misma historia: empujones, gente que grita porque quiere salir y parece que el conductor arranca de nuevo, cara de prisas y nervios -puede que para llegar a la hora al trabajo-,…
También me detengo en la figura del conductor. Cuantas maldiciones sobre él y sobre su descendencia después de cada frenazo, después de cada puerta que impacta ante las narices del que quiere salir a la calle,… Ahí, él, sentado, también con una vida, seguramente con una familia, tratando de hacer más billetes para poder cobrar un sueldo digno, frenazos y saltos de parada para dar de comer a sus hijos, para que puedan ir a la escuela, frenazos contra un sistema injusto del que todos los que vamos montados estamos en contra,… Pero lo que queda de este hombre para la inmensa mayoría de los que estamos montados en el camión es que es un desconsiderado, un brusco,… No caemos en la cuenta de la injusticia, manifestada en el documental "el hombre-camión", del sistema de transporte de Guadalajara.
Al bajarme del camión ya en el centro de Guadalajara reflexiono sobre el hecho de cómo, por ejemplo, la división física conductor/pasajero ha conseguido que el interés y la lucha común -contra algo que es injusto- se dispersen y se conviertan en una lucha por el interés personal de cada uno (del que baja y atropella al que tiene en medio, del que se acuerda de los parientes del conductor porque le deja en la parada, del que está estático en medio del pasillo sin que le importe que otros quieren salir,…)

2 comentarios:

  1. Móntame, como si fuera caballito.

    Sería interesante quizás, mencionar esas injusticias, o poner la dirección del video.

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  2. Andrea!! Muchas gracias. Acabo de añadir el enlace. Un saludo!

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