lunes, 21 de octubre de 2013

Fragmentos urbanos de una misma ciudad



En esta entrada comentamos un artículo muy interesante "fragmentos urbamos de una misma ciudad (1)" en el que se habla de las transformaciones que ha ido viviendo la ciudad de Guadalajara.

 
Los autores nos presentan cuatro tipos de Guadalajara fruto de la evolución y del paso de los años:
La ciudad concéntrica
Centro histórico. La ciudad organizada en torno a la plaza. Los barrios y el centro son por excelencia lugares antropológicos que funcionan como escalas de la organización de la vida social y de la representación de la colectividad... Los barrios, zonas intermedias en las que se da más el ámbito privado de las personas.

El centro es un lugar que mantiene vivas y vigentes las tradiciones, los sabores, los oficios tradicionales, los mitos y leyendas urbanas. Lugares diseñados para el encuentro tiró y la convivencia. Aquí también se expresa la diversidad cultural.

La ciudad dividida
Durante el XVIII y el XIX el rio cortaba la ciudad en dos. El centro de la burguesía, el Oriente de los pobres e indígenas, de los trabajadores. En el xx con el Porfiriato se entuba en río bajo la calle independencia y se da un nuevo desarrollo urbano. Aún así se siguen dando fuertes diferencias de clase. A mediados de este siglo la clase alta abandona el centro y se va a colonias exclusivas. Gran estocada para el centro que pasa a ser un lugar de pasaje.

La ciudad fragmentada
Asentamientos irregulares... Casi el 20% de la población. En el barrio se ha pasado de la solidaridad, de la conversación, a ser un lugar de robos y violencia. Su lejanía del centro de la urbe hace que disminuyan sus posibilidades reales de insertarse en la ciudad. Aumento de las zonas muy exclusivas.

La ciudad de los flujos
El tránsito a pie por la ciudad, reliquia del pasado. La nueva ciudad requiere de transporte motorizado. En la vieja ciudad parece que el tiempo corría más lento. Ni el taxista logra el reconocimiento de toda la metrópoli.
 
De la ciudad arrebatada a la ciudad olvidada
A la Guadalajara de ayer se le ve como una ciudad hermosa, y a la de ahora como una ciudad en crisis. ¿Idealización del pasado y magnificación de los problemas actuales?

Gran ciudad como lugar del anonimato, de la individualización y de la anomia. Encuentros fugaces. Mucho migración del campo, para algunos la llegada de los de fuera convierte la ciudad en ajena, extraña. A los tapatios les gusta recordar la ciudad provinciana, la que "era suya".
  
Algunas soluciones
Religar los fragmentos urbanos, las cuatro Guadalajara. Generar espacios de convivencia plural. Urbanizar la desigualdad social. Desdibujar las fronteras y derruir las murallas que inhiben la solidaridad social y la convivencia. Construir vías donde fluya el encuentro.

La percepción de los autores del centro de la ciudad. Es una de la primeras cosas que me llamó la atención al conocer Guadalajara. ¿Cómo puede ser que la segunda ciudad más importante de México tengo un centro tan caótico, tan deshabitado, tan sucio, tan desorganizado, tan inseguro? Contrasta significativamente con el conocimiento de otras ciudades del mundo que conozco (Madrid, Barcelona, París, Londres, Lima, Buenos Aires, Berlín,…) donde el centro, pudiendo presentar niveles de inseguridad significativos, está mucho más habitado y cuidado que el de Guadalajara. La lectura nos ayuda a comprender un poco mejor la difícil realidad de los cambios que ha sufrido Guadalajara. Aun así sigo sin entender cómo el gobierno estatal no apuesta por la reconstrucción y mejora del centro, al menos, como reclamo turístico.

Las soluciones que dan los autores me resultan muy interesantes. Aun así, creo que antes de abordar esas reformas o innovaciones, nos deberíamos plantear qué tipo de sociedad queremos. La sociedad del consumo, de la prisa, de los ritmos rápidos, de la productividad, produce un tipo de ciudad –parecida a la Guadalajara de ahora-. Por tanto, me parece que si queremos transformar nuestra ciudad no basta sólo con algunos arreglos urbanísticos o estructurales sino de estilo, modo y hábitos de vida de sus ciudadanos. La pregunta que me surge es: ¿estamos dispuestos a desinstalarnos para hacer de nuestra ciudad una más humana, más solidaria, más cívica, más habitable, más cómoda, más bonita y menos funcional?


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(1) Acebes, J., Torre, R. de la y Safa, P. (2004): Fragmentos urbanos de una misma ciudad: Guadalajara. Espiral, 31(11), 277-320.

1 comentario:

  1. Es interesante ver el seguimiento en el tiempo de los cambios que han existido en Guadalajara, y coincido con que el centro a pesar de ser tan hermoso no se aprecia y valora por los locales (aunque no se puede generalizar) como este tesoro histórico que es, de hecho por el contrario lo desprecian, desprestigian; ya sea por las dificultades de llegar hasta allá, trafico, tiempo, estacionamiento, distancia, conglomeración. O también por los costos que podría haber por estar ahí, como ataques violentos. Sea lo que sea, yo como foranea admiro la historia y arquitectura que existe en el centro de Guadalajara y como forma parte de mi México, sería hermoso poder lograr cambios de paradigmas revalorizando el centro desde lo físico hasta la forma concepción del mismo.

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