sábado, 1 de noviembre de 2014

El tercer sexo

El día Jueves 16 de octubre a las 8:00 pm en el Preludio centro artístico y cultural Prisciliano Sánchez #777 (a dos cuadras del expiatorio) se proyecto un documental de Sebastiano D´Ayala Valva llamado "Las travestis también lloran".

Este documental habla del sentir de las personas que eligen vivir esta vida de Drag Queen y de como la sociedad las desplaza, habla también de todo a lo que se tienen que enfrentar y las razones de su elección.

El documental se puede ver en Internet para quién desee hacerlo y en lo personal pienso que vale la pena pues muchas veces juzgamos o hablamos sin conocer, y es que muchas veces las personas que toman estas decisiones no necesitan de nuestra aprobación o aceptación, pienso que necesitan de nuestro respeto y por que no, también de nuestra amistad y cariño.

Personalmente me considero una persona conservadora, pero es necesario aprender no a ser tolerantes por que el "tolerar" a alguien humilla y le quita importancia a la persona misma y a su decisión, creo que más que tolerar, se debe respetar a la persona por esa misma condición de persona digna de existir tanto como yo.

Puedo no estar de acuerdo con su decisión, pero no por eso debo de cerrarme a las opiniones que son diferentes a las mias.


2 comentarios:

  1. No creo que exista un tercer sexo como tal. Es decir, para aceptar un tercer sexo tendríamos que "aceptar" primero que existe el sexo masculino y el femenino; de ser así, entonces tampoco podríamos asegurar que sea un tercer sexo porque sería solamente un complemento de "dos" y no uno "diferente", porque si fuera un tercer sexo yo opino que sería algo que no conocemos o que no sea ni masculino ni femenino. Pero bueno, es solo mi opinión.

    ResponderEliminar
  2. Es curioso como solemos creer que el conocimiento biológico arroja dos sexos por sí solo, sin ser modificado por los discursos políticos y sociales de la época determinada, junto con sus relaciones de poder. La realidad es que si dejáramos el conocimiento biológico solo, sin modificaciones, encontraríamos un sinfín de variaciones sexuales, que no cabrían en la dicotomía “macho/hembra”. Necesitamos entender que este binomio es en realidad lingüístico. No es una realidad que arroja dos categorías lingüísticas; son dos categorías lingüísticas que cortan y delimitan la realidad, excluyendo a todos aquellos que no entren.

    ResponderEliminar