El pasado 19 de noviembre se realizó la intervención
"Problematizando la violencia psicológica en el ITESO", la cual tenía como
punto de partida dos objetivos. Primero, antes que nada, era el poder
visibilizar que la comunidad de ITESO vive violencia psicológica dentro de sus
relaciones diarias. Segundo, al ya tener visibilizada esta cuestión, poder dar
un paso a la reflexión sobre esta situación que consideramos, se encuentra ya
normalizada dentro de este contexto.
Premisas teórico metodológicas en las cuales se basó la intervención Ahora, para ilustrarnos un poco, ¿qué es la violencia psicológica?, ¿de qué se trata?, ¿cómo se ejerce?. La violencia psicológica no es una forma de conducta, sino un conjunto de comportamientos variados que producen un modo de agresión psicológica. En cualquier caso provoca cierto daño a la víctima o al blanco de aquellas agresiones dirigidas al aspecto psicológico. Debo de aclarar, que esta agresión puede ser tanta intencionada como no intencionada. Es decir, el agresor puede tener conciencia de que está haciendo daño a su víctima o no tenerla (Martos,2006). Y lo más complicado es que ocasionalmente la víctima tampoco está consciente de que ha sido agredida, ya que a veces este conjunto de comportamientos, acciones o palabras se llegan a practicar tanto en la vida diaria que ha llegado al punto en que se normaliza y nadie hace nada.
Fernández Christlieb (1991) en su escrito "El vaivén de la realidad" habla sobre una situación en la cual se repite continuamente la información. El que se esté utilizando una y otra vez cierta palabra y/o discurso va disminuyendo o quitando su significado, por lo que genera un modo de romper comunicación. A ese hecho lo llama: ideologización. Por lo tanto, el que esta prácticas de agresión psicológica se estén realizando una otra vez, ya sea por ejemplo en forma de discursos o el uso de ciertas palabras para dirigirse a una persona, va ideologizándose y va perdiendo su significado.
Es por esto que nuestra propuesta fue hacer lo contrario, es decir,
politizar. Fernández lo define como
sacar las cosas a la ciudad, a la calle. Es hacer comunicable lo
incomunicable, lo privado hacerlo público. "Lo privado es lo
dividido, lo callado, lo oculto, lo olvidado; lo público es lo reunido, lo
encontrado, lo inventado, lo descubierto". Por lo que nuestra intervención
se dirigía a la politización para que de esta forma pudiésemos reconocer lo
común, pasar lo privado a lo público y encontrar estos significados que se
fueron perdiendo en la cotidianidad.
Para poder politizar y producir cierto tipo de conocimiento alrededor de
la situación de la violencia psicológica, para pasar de lo privado a lo público
ocupamos localizarnos en un espacio, un lugar común, el lugar del pensamiento
público (Fernandéz, 1991). Que compartiera las características de lo que se le
conoce como plaza pública, ágora griega o foro romano, los cuales fueron
construidos para pensar.
Sennet (1994) señala que el ágora de Atenas, daba lugar a una gran
variedad de actividades que se realizaban al mismo tiempo, la gente andaba de
un lugar a otro y se agrupaban cierto número de personas para analizar y
discutir un tema. Este espacio del ágora fue adecuado para una democracia
participativa, ya que si una persona iba paseando de grupo en grupo podía
enterarse de lo que estaba sucediendo en la ciudad y discutirlo, hacerlo
público, politizar.
En relación con lo mencionado anteriormente, Fernández (1991) menciona
que es la calle el cerebro y el corazón de la sociedad civil. Por lo que la
idea de que tanto las razones, como las leyes y soluciones que se hacen en
espacios privados de la luz pública, por
ejemplo, en cubículos de universidad, sólo ha generado "mucho
poder sordo y bruto y suficiente soledad bruta y muda, pero muy poca capacidad
para organizar a la sociedad". Por lo tanto, el único modo de "tener
razón" en la sociedad civil, es sacando las cosas a la calle, las críticas
y propuestas, para que de ese forma puedan crecer y lograr hacer algo.
A partir de todo esto que se
mencionó respecto a pasar de lo privado a lo público, sacar las cosas a la
calle y de lo que propiciaba el ágora, es que decidimos que nuestro espacio de
intervención fuera en el área de la Cafetería Central de ITESO. Un lugar abierto
en el que toda persona tiene la libertad de pasear por ahí, se unen grupo de
personas a interactuar y dialogar, y se puede pasar por un lado de cierto grupo
de personas y escuchar algunas cosas que dicen.
Buttler (2012) expresa que " para que la política tenga lugar, el cuerpo debe
aparecer. Aparezco ante otros y otros aparecen ante mí, lo que significa que
algún espacio entre nosotros permite que aparezcamos". Por lo tanto, para
politizar, para que se haga política necesitamos aparecernos en un espacio ante
los otros. En sí, la Cafetería Central es un espacio en el que la
comunidad del ITESO transita cotidianamente. A partir de ello, nos ubicamos en
un pasillo que se encontraba en la lateral de la cafetería, a un lado de la
terraza, por lo que las personas podrían pasar y rápidamente visualizar lo que
se estaba realizando en la intervención (que más adelante explicaré a detalle),
y se sintiera libre de participar, de reconocer lo común, que el espacio que se
estaba construyendo en ese pasillo de la cafetería se pudiera aparecer ante
otros cuerpos.
Descripción
de la intervención
Como decía, nos hemos
percatado que en muchas ocasiones dentro de nuestras relaciones e interacciones
con el otro se vive una violencia psicológica la cual resulta ser invisible
ante nuestras percepciones. Pero estas agresiones de algún modo afectan o
tienen percusiones en menor o a mayor escala en la persona que fue agredida y
en su modos de relacionarse con el otro.
En muchas ocasiones el
agresor no se da cuenta de que sus acciones pueden estar violentando al otro.
En la mayoría de sus casos, este tipo de violencia se pueden presentar entre
las personas que mantienen una relación muy cercano, ya sean familiares,
amigos, compañeros, etc. Además, puede que una persona puede ser al mismo
tiempo agresor y agredido, en una misma relación o variando en los distintos
tipos de relaciones. Es muy común que esto se presente por medio del lenguaje,
ya que hemos normalizado mucho estas palabras hasta el punto en el que su
significado ha ido perdiendo su impacto.
Ahora, para visibilizar este
tipo de violencia tan normalizada que casi se ha vuelto invisible entre
nosotros, organizamos una intervención con este objetivo. En el mapa de abajo
se puede ver la zona en la que se realizó. Como mencioné con anterioridad, nos
colocamos en el área de la Cafetería Central, en el pasillo que está entre el
edificio K y G, que lleva a la terraza. Es un lugar en el que transita muchas
personas a diferentes horas. Estuvimos ahí de 3 PM a 6PM.
Colocamos en la pared del
edificio G dos carteles con una longitud
de dos metros en las cuales escribimos ciertas frases en las que se podía
ejemplificar ciertas acciones o palabras que identificamos como comunes
(normalizadas) en la interacción de las relaciones, las cuales visibilizaban lo
que implica la violencia psicológica.
El
primer cartel decía:
Alguna vez te han dicho...
-Estúpid@
-Zorr@
-Put@
-Pendej@
-Cabrón (a)
-Perr@
-Hij@ de #%&*!
El
segundo cartel decía:
Ponte a pensar si...
-Alguna vez te has sentido
excluid@
-Alguna vez te han
hecho la "ley del hielo"
-Alguna vez te han hecho
sentir inferior
-Alguna vez te has sentido
manipulad@
-Alguna vez te han
chantajeado
-Te es difícil alejarte de
personas que te agreden constantemente
-Alguna vez te has sentido
criticad@
-Has frecuentado personas
sabiendo que hablan mal de ti
Mientras poníamos los
carteles las personas que pasaban por el área, tanto alumnos como personal,
volteaban a ver qué estábamos colocando en la pared. Al ya estar listos los
carteles, se comenzó a invitar a la comunidad de ITESO (alumnos, profesores, y
personal de servicio) que pasaban por el área a participar en nuestro proyecto.
En lo que consistía era en poner una línea en las situaciones o palabras
recibidas de las cuales habían experimentado en algún momento de su vida que
estaban plasmadas en dichos carteles.
Al comienzo primero se
quedaban viendo que era lo que decía los carteles, les explicábamos que era lo
que se tenía que hacer, unos se reían y hacían bromas si venían acompañados.
Aquellos alumnos que venían con sus amigos o compañeros bromeaban diciendo que
entre ellos se decían mucho de las palabras que se encontraban escritas.
Algunos preguntaban si era sólo dentro del ITESO, ya que en su familia también
ocurría algunas situaciones de las que estaban ahí, les decíamos que si querían
lo pusieran. Hubo quienes comenzaban a dibujar las líneas rápidamente y otras
personas se quedaban pensándolo más. Uno de los comentarios que recuerdo más
que dijo una alumna fue "¿así de mal estamos?", sin reír, sólo viendo
la cantidad de líneas que estaban dibujadas en los carteles. También había
personas que se quedaban mirando de lejos lo que estábamos haciendo, al percatarnos
de ello, los invitábamos a que se acercaran, unos se quedaban unos segundos
pensándolo y si lo hacían, otros sólo reían y decían que no gracias,
"andamos apurados".
Por el lado de los
profesores y personal del servicio hubo un menor número de participantes, pero
fue de igual importancia, ya que lo que expresaban al estar participando en la
intervención era algo que yo no había tenido la oportunidad de escuchar. Algo
que llamó mi atención fue que expresaron que parte de esas agresiones que
habían recibido era por parte de los alumnos de ITESO, "y eso que son
jesuitas", mencionó una mujer del personal de servicios. Aunque parecía
que en algunas partes les causaba gracia y reían, si expresaron más enojo y
molestia que los alumnos. Esto me hizo preguntarme, si en cuanto a los alumnos
dicen que hay agresiones entre ellos, y los maestros expresan que las
agresiones la reciben también por parte de los alumnos...¿qué está pasando que
agredir y ser agredido es tan normal para los jóvenes que hasta nos causa risa?
Otra punto que se me hizo
interesante, fue que hubo personas que por el simple hecho de ver que estaba
sucediendo "algo" y que habían más personas que estaban reunidos en
ese punto, si los invitábamos decían que estaban muy apurados, daban toda una
vuelta para no pasar cercar de ahí, o...agarraban el celular.
Nos preguntaron en varias
ocasiones para qué estábamos haciendo esto, qué era lo que estudiamos, si se trataba
sobre el bullying. Les respondíamos que estudiamos psicología y estábamos
realizando una intervención para la clase de psicología política, unos les
interesaba y preguntaban más sobre la materia. Cuando les decíamos que no se
trataba del bullying, nos preguntaban qué era lo que haríamos con eso, a lo que
le respondíamos que cuando salieran de clase podrían regresar y ver de qué era
lo que trataba.
Al ver que en los carteles
ya no había espacio para dibujar más líneas, decidimos que era tiempo de poner
de que se trataba. Colocamos dos mensajes en las paredes. Uno decía: "ESTA
ES VIOLENCIA PSICOLÓGICA NORMALIZADA EN LA COMUNIDAD DE ITESO". Y el otro
decía: "¿TE DA RISA QUE TE VIOLENTEN?, ¿POR QUÉ LO PERMITES?".
Pensamos mucho en que era lo que queríamos dejar como mensaje, poner un lado
queríamos que se visibilizara lo que es la violencia psicológica, y a partir de
lo que vimos y escuchamos, reacciones y comentarios, creímos que era necesario
tener una primera confrontación. Dejamos los carteles y mensajes hasta las 10
PM para que toda persona que pasará por el área pudiera verlo y de alguna forma
le diera algo en que pensar. Que se pudiera lograr un impacto, aunque fuera
mínimo, que no se quedará estática, que moviera, y que aquello que se politizó transcendiera
de ese espacio.
Como aportes individuales,
trate de siempre de proponer ideas que fueran relevantes, de impacto y de
pertinencia social para nuestra intervención. Mostré estar comprometida con los
objetivos que queríamos lograr y estar atenta en todo lo que se pudiera ocupar
para que nuestro trabajo saliera de la mejor forma posible. En el momento de la
intervención trate de brindar confianza a aquellas personas que invitábamos a
participar, a responder preguntas y dudas que se nos hacían, y tomar fotos que
mostraran como iba la dinámica.
A partir de todo lo que
vimos en el curso y al realizar nuestra intervención, me cuestioné que tanto
podemos llegar a ideologizar, a quitarle las cosas su significado de tanto
repetirlo. Se nos olvida que hay otros,
se nos olvida que hay algo público y nos quedamos en lo privado. La violencia
psicológica es un ejemplo de esto, hay personas que aparentemente no se dan
cuenta que están siendo agredidas o si se dan cuenta no lo expresan, y se queda
en lo privado. Para visibilizarlo, para visibilizarnos y reconocernos, hay que
reconocer primero lo común, y para esto ocupamos aparecernos con los otros y
sacar las cosas a las calles para volver a darle el significado a aquello que
alguna vez se le fue quitado. Es por esto, que creo que para lograr esto se debe
primero empezar desde nuestro contexto y con nuestras redes sociales más
cercanas.
Bibliografía
Bibliografía
FERNÁNDEZ
CHRISTLIEB, Pablo (1991). El espíritu de la calle.
Psicología política de la cultura cotidiana. Barcelona/Querétaro:
Anthropos/UAQ, 2004. [Biblio: 320.019 FER]
SENNETT, Richard (1994). Carne y piedra. El cuerpo y la ciudad en la civilización occidental. Madrid: Alianza.
SENNETT, Richard (1994). Carne y piedra. El cuerpo y la ciudad en la civilización occidental. Madrid: Alianza.
BUTLER,
Judith (2012). Los cuerpos en alianza y la política de la calle.
En revista Transversales, no.
26, junio 2012.
MARTOS, Ana (2006). Cómo detectar la violencia psicológica. México: Cultura de la legalidad.
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