jueves, 4 de diciembre de 2014

REPORTE INDIVIDUAL DE INTERVENCIÓN: AVENIDA CHAPULTEPEC Y EL USO DE PATINETAS

La idea, la problemática, nuestros objetivos y cómo llevamos a cabo la intervención
Mi equipo y yo escogimos el andador de Avenida Chapultepec como escenario de intervención. Me llamó la atención que, ahí, se reúnen diversos “grupos sociales” por decirles de algún modo. Al observar el lugar me percaté de que dicho andador es el punto de reunión de un grupo de jóvenes que comparten el gusto por utilizar la patineta. Al transitar esa zona de Chapultepec es prácticamente normal encontrarte con alguno de ellos; les agrada llevar a cabo esta actividad en este sitio. La principal razón por la cual escogimos este escenario fue la inquietud que compartíamos por investigar e indagar acerca de los conflictos que se han generado entre los jóvenes que patinan, los vendedores de esa zona y los peatones. Escuchamos, en varias ocasiones, que los policías y las autoridades tenían la intención de prohibir el uso de patinetas en el andador de Chapultepec y es por esto que decidimos investigar qué es lo que ha sucedido y cómo perciben la situación los patinadores.
Los objetivos de la intervención eran los siguientes: (a) identificar por qué algunas de las personas que transitan la zona creen que el uso de las patinetas es un problema, (b) identificar si existen otras problemáticas que estén relacionadas con este espacio público y con los jóvenes que hacen uso de la patineta en la Avenida Chapultepec, y (c) reflexionar y generar una solución con las personas involucradas en la problemática.
La problemática reside en que uno o varios grupos de jóvenes que comparten el gusto por andar en patineta se reúnen en el andador de Chapultepec y realizan esta actividad en varios puntos del camellón. Cuando empezamos la intervención, investigamos tanto en artículos periodísticos como con las personas involucradas en la problemática y detectamos que el conflicto radica en que algunos policías o “puercos” –así los llaman los patinadores– están prohibiendo el uso de las patinetas en el andador porque consideran que los jóvenes están invadiendo el espacio de los peatones y argumentan que molestan al resto de la comunidad que no utiliza patinetas (comerciantes, peatones, etc.). Además, existe la percepción de que los jóvenes que andan en patineta son los responsables de los daños que presenta la zona en su infraestructura urbana.
Consideramos que esta investigación es importante porque uno de los propósitos era recuperar la opinión de las personas involucradas en la situación, es decir, todo individuo que transita frecuentemente por esa zona. La idea de escuchar el punto de vista de las personas era intentar que éstas mismas generaran una propuesta o una solución a la problemática, buscábamos que la gente se involucrara como ciudadanos.  
Lo que mi equipo y yo hicimos para intervenir fue lo siguiente: fuimos al andador de Avenida Chapultepec en varias ocasiones. En un primer momento observamos (observación de campo) lo que sucedía en el lugar, ésto con la intención de identificar lo que hacen exactamente los jóvenes que andan en patinetas. Después nos acercamos a los chicos, saludábamos y platicábamos un poco para romper el hielo; posteriormente, les preguntábamos si querían participar en nuestro proyecto. En la mayoría de los casos, las personas accedían y podíamos iniciar la entrevista. Como equipo nos organizamos y utilizamos una entrevista semiestructurada para que únicamente tuviera la función de esqueleto; a partir de esas preguntas podían surgir otras conforme fluía la entrevista y el participante podía intervenir si deseaba hacerlo. En algunos casos, tuvimos la oportunidad de grabar el audio de las entrevistas pero no todos los participantes quisieron que su voz o el audio y la imagen fueran presentadas en el proyecto. La entrevista era breve y a continuación presentaré las preguntas que elaboramos como equipo. Al entrevistar a los peatones algunos incisos tuvieron que adecuarse.
Una de las entrevistas que hice a un peatón
(a) ¿Por qué crees que los jóvenes que andan en patineta escogieron este lugar para hacerlo y no otro?
R= No sé; creo que escogieron el lugar porque gusta mucho, porque algunos días está la vía recreativa y suelen juntarse distintas expresiones de culturas alternativas como los raperos y los que bailan break dance.
(b) ¿Crees o saber si se les ha prohibido hacer uso de este espacio público?
R= Alguna vez escuché que hay personas que se han quejado.
(c) ¿A ti te lo han prohibido?
R= No, nunca.
(d) ¿Cuál sería la solución que propondrías para mejorar la convivencia en este sitio?
R= Haciendo explícito que sí se permite patinar porque cuando las personas ven que es algo que no se puede cambiar porque está legalizado le paran a sus quejas. A mí me molestan porque siento que me van a pegar pero entiendo que quizás no hay muchos espacios donde puedan hacer eso y se me haría mala onda que los quitaran.
(e) ¿Crees que sea adecuado este espacio para andar en patineta?
R= Por una parte sí porque tienen útiles para poder hacerlo como las jardineras y el piso que acaban de renovar. Además, hay una cultura de aceptación hacia ellos. Por otro lado, creo que es un poco peligroso porque es un camellón y hay mucho tráfico, pero si no lo hacen aquí el gobierno debería hacerles el paro y poner rampas en algún lado o algo así.
Premisas teórico metodológicas
Fernández Christlieb menciona, “la gente se enteró de que puede juntarse, sobrevivir, mandar y divertirse sobre o sin los poderes políticos o económicos, pero no viceversa. El ascenso de la sociedad civil consiste en que la gente tomó la ciudad en sus manos. Pero no la tomó ‘tomando conciencia’ […] la sociedad civil tomó la ciudad de una manera precisa: la tomó por la calle. Las calles y plazas, que se habían acostumbrado a ser sitios transitorios e indiferentes, un poco turísticos, se tornaron en lugares habitables, solidarios, apasionados, interesantes…(Fernández Christlieb, 1991)”. Los peatones a los que entrevisté mencionaron que no saben la razón por la cual los patinadores se reúnen en el andador, pero dijeron que es común observar distintas expresiones de culturas alternativas, tales como raperos, sujetos que bailan break dance, etc. Como menciona el autor, es natural que la gente tome las calles porque son lugares donde podemos encontrar lo que tenemos en común con otros. Necesitamos de los espacios para pensar y expresar; es ahí donde nos damos cuenta de las quejas y los intereses que compartimos. El andador de Chapultepec es un espacio donde la gente disfruta, se integra y se divierte y algunos individuos hacen lo posible por mantener su acceso a este sitio. Uno de los patinadores comentó que a pesar de que algunos policías los han querido quitar, ellos siguen practicando su deporte en el camellón porque la calle le pertenece a todos.
Judith Butler sostiene que el derecho nace cuando se ejerce y es ejercido por aquellos que actúan en alianza; cuando se ataca al cuerpo se ataca al derecho en sí mismo porque lo que ejerce el cuerpo en la calle es el derecho (Butler, 2012). Por un lado, el hecho de que quiten a los patinadores ataca el derecho que tienen de permanecer en los espacios públicos y de expresar sus gustos e ideas en éstos mismos. Por otro lado, cuando algunas personas sienten una invasión en su espacio personal, inmediatamente creen que hay un ataque contra sus derechos como peatones o como comerciantes. Como menciona Butler, las personas que son excluidas no dejan de existir y no carecen de realidad, siguen ocupando un lugar social y político. Esto se puede observar en la problemática que escogimos, ya que algunos sujetos excluyen a los patinadores pero ellos siguen reuniéndose en ese sitio porque se sienten parte del lugar, saben que tienen derecho a estar ahí ya que aún no hay una prohibición ‘formal’ por parte de las autoridades.
Según Butler, somos cuerpos orgánicos y necesitamos el apoyo de un mundo social para poder sobrevivir. Dependemos de las relaciones sociales y de las instituciones que atienden las necesidades básicas de alimentación, refugio, protección contra la violencia, etc. (Butler, 2012). Como menciona la autora, necesitamos de los otros para sobrevivir porque somos seres sociales, con más razón necesitamos darnos cuenta de que el otro es nuestro mejor aliado. Únicamente se puede hacer esto con el cuerpo, es decir, cuando se reúnen los cuerpos, éstos se mueven y se expresan juntos y pueden reivindicar un espacio específico como espacio público. Si la acción humana depende de todo tipo de apoyos debido a que siempre es una acción apoyada, considero que es necesario reunirnos para poder movilizarnos. Al estar en contacto con otros podemos dar cuenta de nuestras quejas y nuestras necesidades, es ahí donde notamos que no podemos resolver nuestros problemas solos ya que existen comunidades de afectados. El “verdadero” espacio se encuentra “entre la gente”, esto significa que toda acción se lleva a cabo en algún lugar y también forma un espacio que pertenece a la alianza en sí misma (Butler, 2012).
Arendt dice que cuando actuamos generamos el espacio de política, sin embargo, es importante pensar acerca del espacio que actúa sobre nosotros, incluso cuando actuamos en él o cuando nuestras acciones (ya sean plurales o colectivas) dan lugar a ese espacio (Butler, 2012). En esta situación, ambas partes (tanto los que no se sienten afectados por los patinadores como los que sí) están politizando porque los dos grupos tienen algo que decir, saben decirlo o intentan hacerlo y quieren ser escuchados. Al hablar, actuamos y al actuar logramos generar un espacio de política, como menciona Arendt.
“La calle es el cerebro y el corazón de la sociedad civil. Esto contradice la idea de que las razones, leyes y soluciones tengan que hacerse en […] espacios privados a la sombra de la luz pública. Esta idea ha producido mucho poder pero muy poca capacidad para organizar a la sociedad […] La vida colectiva piensa y siente con la calle y tiene una razón más extensa, múltiple y plural que la de cualquier otro lugar. Así, la única forma de tener razón en la sociedad civil es sacando las críticas y propuestas, desilusiones y utopías, para que allí crezcan como les plazca (Fernández Christlieb, 1991)”. En este mundo, existe la tendencia a privatizar y lo peligroso es que, al menos en nuestro país, se han privatizado bastantes lugares públicos. Algunas autoridades o los mismos ciudadanos buscan que el espacio sea únicamente para cierto tipo de individuos. Hay que recordar que privatizar es dividir y fragmentar; la calle pertenece a todos, es completamente pública y como sociedad necesitamos volver a tomarlas y convertirlas en espacios donde se pueda dialogar y convivir con otros. Este tipo de espacios, como el andador de Chapultepec, nos permiten politizar; nos dan la oportunidad de sacar las ideas a la calle, reconocer lo común, replantear e intentar disolver las dicotomías. Nos ayudan a trasladar los problemas de lo privado a lo público, es decir, sacarlos a la luz.
Reflexión
Para finalizar, con base en todo lo expuesto anteriormente, puedo decir que acercarse y encontrarse con los demás es más sencillo de lo que parece. ¿A qué me refiero? Entrar en contacto con los patinadores y con los peatones me dio la oportunidad de notar que todas las personas tienen algo que aportar. Fue interesante observar que algunos de los participantes estaban dispuestos a dialogar y a elaborar propuestas para solucionar la problemática. Los peatones que entrevisté tienen miedo a ser golpeados por los patinadores, sin embargo, no les agradaría que las autoridades prohibieran el uso de patinetas ya que creen que no hay otro espacio en la ciudad para que ellos puedan practicar su deporte. Parece que los que tienen más problema con los patinadores son algunos comerciantes (ya que creen que algunos posibles compradores evitan la zona para no se golpeados) y los policías. En realidad y hasta cierto punto, existe una cultura de aceptación en los peatones hacia este grupo de jóvenes.
Me parece que es muy importante que las personas le vuelvan a encontrar el sentido a salir a la calle, sin embargo, la ciudad no provee suficientes lugares donde podamos estar en contacto con los demás. Hemos olvidado el valor que tienen los espacios públicos y le hemos dado mayor importancia a las cosas o a las situaciones que no hacen más que desvincularnos e imponer fronteras. No estamos acostumbrados a poner en común una queja ya que la mayoría de los problemas se discuten en privado, pero es necesario considerar que gran parte de los conflictos no son individuales, existen comunidades de afectados y entre todos se puede exigir y solucionar. Debemos poner nuestros cuerpos en contacto con la realidad urbana, es decir, colocarnos en el espacio público. Al hacerlo generamos un espacio de política; lo único que necesitamos para politizar es ponerle palabras a lo que sentimos, sería pertinente hacer consciente lo que sentimos.

Escrito por: Dalia Gutiérrez
Bibliografía
Butler, J. (2012). "Los cuerpos en alianza y la política de la calle".  En revista Transversales, no. 26, junio 2012.

Fernández Christlieb, P. (1991). El Espíritu de la calle. Psicología política de la cultura cotidiana. Barcelona/Querétaro: Anthropos/UAQ, 2004.

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